
Texto base: ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú? Lucas 17:7-8
El cristiano como Servidor de Cristo
Para determinar a un servidor de Cristo como tal debemos aclarar primeramente el significado de “siervo”.Encontramos muy espiritual el término, y en ocasiones hasta nos enorgullece cuando nos llaman siervo. La realidad es que estamos muy lejos de la verdadera realidad. El término “siervo” (o “siervo de Dios”) se refiere a alguien que sirve a Dios y sigue sus mandamientos con lealtad, dependencia, humildad, servicio y dedicación hacia Dios, demostrando integridad, fidelidad y amor, frutos de la naturaleza divina de Jesús.
Encontramos en la Biblia que se nos llama siervo de Dios (1 Ped.2:16), siervo de Cristo (Ef.6:6) El Cristiano que ha aceptado voluntariamente el llamado a servir debe mostrar ciertos rasgos, como por ejemplo:
- Humildad y dependencia: El siervo reconoce su dependencia de Dios y se humilla ante Él.
- Fidelidad y lealtad: Tal fue su obediencia a su Amo el Padre que estando en Getsemaní su voluntad trató de oponerse, y no fue sino por medio de la oración ardua que logró someterla hasta llevarla a la sumisión Lucas 22:39-46. Hebreos 5:8 nos dice que lo que padeció lo llevó a lograr la obediencia total. El siervo permanece fiel a Dios en sus palabras y acciones, incluso cuando enfrenta desafíos.
- Obediencia y servicio: Versos como “Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (6:38), “…porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”(Jn.5:30) nos dejan ver que lo que él pueda exigirnos no es imposible de cumplir porque ya él lo hizo.
- El siervo se somete a la voluntad de Dios y sirve a los demás con amor y dedicación. Ejemplo de Jesús: y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Jesús, como el siervo perfecto, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, incluso en la cruz, para la salvación de la humanidad.
- Vocación y llamado: Cada cristiano es llamado a ser un siervo de Dios, utilizando sus dones y habilidades para servir a la comunidad y compartir el evangelio. Jesús lo dice claramente:Si alguno me sirve, sígame, donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Muchas veces estamos donde no está nuestro Amo y no somos los que dirigimos, sino los que obedecemos.
- Amor por Dios:El siervo ama a Dios sobre todas las cosas y busca agradarle en todo. Jesús era siervo y su obligación era obedecer, y en su caso, su obediencia era voluntaria, en otras palabras, por amor.
- Amor por el prójimo:El siervo ama a los demás como a sí mismo y no busca su
- Espíritu de servicio:El siervo está dispuesto a servir a otros, sin buscar recompensa ni reconocimiento. Jesús dijo a sus discípulo que si alguno quería ser grande en Su reino debía ser el servidor, o el siervo de todos (20:26, Mr.9:35).
- Resistencia a las tentaciones:El siervo resiste las tentaciones y vive una vida santa, siguiendo los principios cristianos. La Biblia nos dice en 6:16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? .
- Humildad y transparencia:El siervo evita la arrogancia y la hipocresía, y busca vivir con integridad y transparencia.
- Valentía:11:12Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. Hacer su voluntad requiere valentía.
- Comunión: La iglesia de Éfeso estaba llena de obras, y por decirlo así, muy buenas obras. Jesús les dice: Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor(Ap.2:4). El primer amor es la comunión íntima con Jesús, Un buen ejemplo de obras y primeras obras o comunión íntima lo encontramos con Pablo y Silas cuando fueron encarcelados (hechos 16:16-40), sin embargo, en medio de este cansancio, dolor e incomodidad, aun así ellos decidieron hacer las primeras obras, servir al Señor.
El siervo o servidor en la época de Jesús también poseía ciertas características distintivas:
- Eran propiedad de sus Señores: Los siervos no eran libres para ir y venir como querían, ni podían decidir qué hacer con su tiempo y energía; estaban sujetos a su voluntad. No había compasión, cuidado o complacencias, sino solo para su amo.
- Servidor de otros: La palabra “siervo” en el Nuevo Testamento se refiere a una persona que servía a otra, a menudo realizando tareas físicas y domésticas.
- Sumisión a la voluntad de su Señor: Los siervos no tenían el mismo nivel de libertad que una persona libre. Su vida y trabajo estaban controlados por el señor.
Al desglosar el texto base encontramos a Jesús dejándole saber a los discípulos que él tiene conocimiento de cómo funciona el asunto de los siervos y sus amos. La palabra ceñirse significa: Rodear, ajustar o apretar la cintura, el cuerpo, el vestido u otra cosa, en otras palabras les da a entender que La exigencia del amo era legítima y cargada de toda validez, ya que su deber es servir al amo y lo hace con esmero y puntualidad. Jesús nos hace reflexionar por medio de estas preguntas ¿cuál sería nuestra reacción si después de un largo día de trabajo tuviésemos que volver inmediatamente a él porque el jefe necesita de nuestra presencia? Seguramente responderíamos en negación porque no somos esclavos o buscaríamos una justificación para no acudir al llamado. Pero en la fe, ¿podemos responder de la misma manera?
En la comunión íntima con Jesús no existe excusa alguna. Las palabras del Amo siempre serán las mismas: “Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido. Él demanda tiempo y dedicación de nosotros.
Muchas veces nos escondemos detrás de la frase “yo obedezco o me someto al Señor, no al pastor. Por otro lado la Biblia nos exhorta a obedecer y sujetarnos a nuestros pastores en obediencia y servicio a Dios, como lo declara hebreos 13:17 “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
Hoy en día existe un gran problema de sometimiento, El siervo sabía cuál era su deber, por esa causa no vemos que se queje o murmure. Notemos que el siervo llega a preparar la cena, luego debe ceñirse para entonces servir al amo hasta que él haya comido y bebido. Nos podemos preguntar: ¿qué está haciendo el siervo mientras el amo come? Una cosa es segura, no se puede mover del lado del amo y esperar hasta que él quede satisfecho y reciba nuevas órdenes.
En conclusión, los siervos son esclavos voluntarios de Jesús, los cuales por amor a Cristo y su sacrificio sirven de manera desinteresada, dando frutos dignos de arrepentimiento con el fin de agradar a quien los compró a precio de sangre. No hay tiempo para el cansancio y la fatiga; Cristo nuestro Amo, Señor y Dueño de nuestras vidas espera nuestro sometimiento y servicio en humildad y amor para con Dios y nuestros semejantes; Conociendo nuestra identidad como Hijos de Dios llamados a la transformación y sujeción de nuestras almas, mostrando la verdad y glorificando a Dios con nuestro servicio
Jesús les dijo: Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. (Juan 17:10)
Siempre seremos siervos inútiles, pues solo hemos hecho lo que se nos ha ordenado hacer.